Move over MacGyver: other shows make Science fun

PBS's new series Sid the Science Kid stars an inquisitive boy with a knack for asking revealing questions; a companion science curriculum, offered in English and Spanish, helps teachers engage kids and build the skills the show's characters exhibit.

Here’s a way to make the kids’ eyes glaze over: Tell them they have to watch an educational science program on TV.

But plenty of children — and adults — have made science-based shows like MythBusters into hits. Turns out there is a place for TV in science education.

And there’s a need, too: The «hard truth,» as President Obama recently said, is that Americans have «been losing ground» when it comes to math and science education.

«One assessment shows American 15-year-olds now rank 21st in science and 25th in math when compared to their peers around the world,» Obama said.

The president was speaking at the recent launch of Educate To Innovate, a nationwide effort to move the U.S. «to the top in science and math education in the next decade.»

Prominent scientists from NASA and the National Science Foundation were invited to the White House event. So were a couple of cable TV stars: MythBusters creators Adam Savage and Jamie Hyneman.

Everybody loves science when he or she is young. You cannot find a kid that doesn’t want to taste the kitchen floor.

‘Science Guy’ Bill Nye

«I hope you guys left the explosives at home,» Obama joked. And not without cause: The MythBusters love to blow stuff up.

It’s not a science show per se, but scientists are some of its biggest fans. Since launching the series eight years ago, Savage and Hyneman have been inducted into Sigma Xi, the Scientific Research Society. The California Science Teachers Association made them honorary members. They’ve been asked to speak at numerous schools, including MIT and Georgia Tech. Savage says they get the rock-star treatment when they visit.

Recent episodes of MythBusters include «Can a sonic shock wave shatter glass?» and «Does double dipping cause germ warfare?» They go to great lengths to get to the bottom of these popular beliefs.

And their experiments are highly dramatic. In one episode, Savage and Hyneman visited the world’s largest portable hurricane simulator — nicknamed Medusa — at the University of Florida to test whether it’s better to keep the windows of a house open or closed during a hurricane.

Savage and Hyneman are quick to point out that they are not scientists — in fact they’re former Hollywood special-effects guys — and they didn’t create the show to educate.

MythBusters: Jamie Hyneman and Adam Savage (with Buster the crash-test dummy) put science to work week in and week out on their Discovery show.

«We don’t have pretensions to be teaching,» says Savage. «We’re still very much in touch with the 14-year-old pyromaniacs inside us.»

But high-school science teachers approve. Mindy Bedrossian, of Strongsville, Ohio, says her students turned her on to MythBusters, and she thinks what the guys do on the show is «raw science at its best.» She even wants her students to test hypotheses the way they do on MythBusters: They study. They measure. They build high-tech props. They test — over and over again.

«We don’t want [students] to blow up buildings and things like that,» Bedrossian laughs. «But we would like for them to do science in exactly the same way.»

Bedrossian says she pays close attention to what science TV shows are out there. She’s concluded there’s a lot of garbage. But her real problem is that schools themselves are offering so little science education in the younger grades.

That’s where TV can help. There are a number of new science shows aimed at the very young:Dinosaur Train, Zula Patrol and Sid the Science Kid. The latter premiered on PBS last year, partly because Linda Simensky, the head of programming, was frustrated there weren’t many science shows for the pre-school set. So she commissioned the Jim Henson Company to create one.

«I really wanted daily science that you encounter every day in life,» says Simensky. «And something that models asking questions.»

Sid asks plenty of questions. In fact Sid can be — how to put this nicely? — a little annoying. He’s an extremely happy extrovert who loves his toy microphone, and who’s hugely curious about how stuff works.

Will the show actually impart any knowledge to little viewers? The producers aren’t making any guarantees. But they do hope Sid will get kids excited about science.

According to Bill Nye, that shouldn’t be too hard. Nye stopped producing his show Bill Nye The Science Guy in the late 1990s, but teachers around the country still show it to their students.

«Everybody loves science when he or she is young,» says Nye. «You cannot find a kid that doesn’t want to taste the kitchen floor, or that doesn’t want to know how houseflies make a living.»

He says the U.S. needs young scientists — so why not start with this willing audience?

Artículo original enhttp://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=121146862

«Asturias tiene un buen nivel educativo en comparación con otras regiones»

Fuente: La Nueva España

Illán García es medalla de plata en las Olimpiadas de Física y de Química

Illán García es uno de esos alumnos que se encuentran muy de vez en cuando. Premio extraordinario de Educación Secundaria, su paso por el Bachillerato ha sido igual de brillante. A unos meses de iniciar la carrera de Ingeniería Industrial, ha conseguido el segundo puesto en las olimpiadas nacionales de Química y de Física, que organizan las respectivas asociaciones españolas de estas ciencias. Además, tiene tiempo para tocar el violín y hacer deporte.

-Su currículum asusta.

-Lo procuro hacer bien. Las pruebas consistían en unas preguntas de tipo test y también había varios problemas. De mi instituto fuimos yo y otra chica. Quedé segundo de Asturias y me llamaron para ir a la nacional.

-¿Es muy complicado abrirse un hueco entre los «cerebritos» de toda España?

-En la de Química competimos 135 de toda España. Por parte de Asturias fuimos tres. Un número parecido era el que había en Física. El formato era muy parecido al regional, pero los problemas eran más complicados. Tenían un mayor grado de complejidad. Conseguí una de las 17 medallas de plata que se repartían. Eso es quedar entre los 40 primeros.

-¿Es el resultado de horas y horas de esfuerzo?

-Mis compañeros se prepararon. Yo como participé en la prueba de Física y en la de Química, no tenía mucho tiempo y, al final, no dediqué casi tiempo a preparar ninguna.

-¿Razonar cuesta más o menos que memorizar?

-Me gusta la Física, la Química y las Matemáticas porque son asignaturas de entender más que de «empollar», que me gusta mucho menos. Me gusta más razonar que tener que memorizar.

-Sin buenos profesores, ¿es imposible llegar lejos?

-A mí me ofrecieron ayuda, pero como no tenía demasiado tiempo preferí ir por mi cuenta. De todas formas, los profesores valoran que participemos en estas olimpiadas. Para el instituto es un orgullo.

-¿Qué se aprende al participar en este tipo de pruebas?

-Me gustan estas pruebas porque me sirven para demostrarme a mí mismo de lo que soy capaz. Además creo que son buenas para mejorar el currículum de cara al futuro laboral.

-El nivel educativo en Asturias, ¿es similar al de otras regiones?

-Creo que Asturias tiene un gran nivel en general. En el caso de Química puedo decir que la preparación que tenemos los alumnos asturianos es muy buena. Otros chicos de otras comunidades me comentaron que tenían un temario mucho más reducido que el que tenemos en los institutos asturianos. Yo no me preparé para acudir a las olimpiadas y, aun así, me defendí bastante bien. Sin embargo, alumnos de otras comunidades que tampoco se prepararon notaron que se les quedaba un poco grande.

-Pregunta de examen: ¿es justo tener que hacer la selectividad después de años de preparación?

-La selectividad no me parece injusta, porque al fin y al cabo es la misma prueba para todos. Además no son exámenes demasiado complicados. Si se preparan bien, no tiene por qué haber problemas. Y además puedes elegir entre varias preguntas. Por eso no influye demasiado que tengas buena o mala suerte. Se te puede olvidar algo, pero todo no. Eso significa que no lo tienes bien preparado.

-¿Los bachilleres tienen suficiente información sobre las carreras universitarias?

-Yo siempre tuve muy claro que quería hacer Ingeniería Industrial. Así que nunca eché en falta que me explicaran otras opciones. Supongo que la gente que está indecisa sí que necesita que le asesoren un poco más. En ese sentido, creo que la Universidad debería informar un poco más a los alumnos sobre qué opciones tienes cuando acabas de estudiar el Bachillerato. Porque mucha gente no lo tiene claro y necesita conocer entre qué carreras puede elegir.

-¿Qué es lo más importante a la hora de escoger estudios?

-Lo que más valoré a la hora de elegir la carrera que quiero hacer es que tenga una buena salida profesional. Pero también valoré otras cuestiones, como que los trabajos estén bien remunerados. En ese sentido, le doy importancia al dinero. Por último, también busqué algo que me guste y que se me dé bien.

-¿Debe Asturias contar con más titulaciones en sus campus?

-No sé. Yo también me interesé por hacer Ingeniería Aeronáutica, pero como no estaba en Asturias la deseché. Por eso, creo que es necesario y conveniente que en Asturias exista la mayor oferta posible de titulaciones, para que todo el mundo pueda estudiar lo que realmente le gusta y le apetece.

-Las becas que se ofertan, ¿son demasiado escasas?

-Hay matrícula gratis para todo aquel que saque más de un 9 entre Bachillerato y Selectividad. Me parece que eso está bien. Sobre el resto de becas, la verdad no tengo mucho conocimiento, pero siempre está bien que se den becas para la gente que estudia a un buen nivel.

Más sobre Illán:

  • Nació el 17 de abril de 1991.
  • Estudió Educación Primaria en el Colegio Público Campoamor.
  • Estudió Secundaria y estudia Bachillerato en el IES Calderón de la Barca.
  • Obtuvo una de las 17 medallas de plata en las olimpiadas de Química a nivel nacional, concurso que tuvo lugar el mes pasado en Ávila, tras quedar segundo en las regionales.
  • Obtuvo también la medalla de plata en las olimpiadas de Física, celebradas el pasado fin de semana en Pamplona. En Asturias, finalizó el concurso también en segunda posición.
  • Consiguió el cuarto puesto en las olimpiadas regionales de Matemáticas.
  • Tiene el grado superior de violín y practica varios deportes.

En Elpais.com: «Cómo medir el radio de la Tierra con un recogedor»

 Cómo medir el radio de la Tierra con un recogedor
Alumnos de 800 centros de educación Primaria y Secundaria en toda España repetirán el 26 de marzo el experimento con el que Eratóstenes determinó, hace más de dos mil años, el radio del globo terráqueo

Pere Closas / Emilio J. García 23/03/2009

Granada. 26 de marzo de 2009. Instituto de Educación Secundaria Padre Suárez. En torno al mediodía. En el patio del colegio, un grupo de unos veinte chicos se agolpa frente a la sombra que un recogedor proyecta sobre un papel para embalar extendido sobre el pavimento. De vez en cuando, uno de ellos mira un reloj y grita a viva voz la hora que este marca: «¡Doce y quince minutos!». Al instante, otro de ellos señala con rotulador la punta de la sombra que el recogedor hace sobre el papel. La misma escena se repite en un colegio de Primaria en Cuenca, y en otro centro de un pueblecito de La Palma, y así hasta varios centenares de institutos y colegios repartidos por todo el territorio nacional. ¿Se ha apoderado una extraña fiebre contagiosa de nuestros alumnos y estudiantes más jóvenes? No, simplemente están haciendo Ciencia.

Alejandría. Año 240 antes de Cristo. Al mediodía del solsticio de verano. El bibliotecario de la legendaria biblioteca de Alejandría observa fascinado cómo una vara clavada en la tierra proyecta una larga sombra. Se llama Eratóstenes y acaba de descubrir que la Tierra es necesariamente redonda, y cómo determinar su radio.

El proyecto
El próximo jueves 26 de marzo tendrá lugar uno de los momentos más esperados dentro del Año Internacional de la Astronomía 2009 en España (AIA-IYA2009). Se trata de La Medida del Radio de la Tierra, un proyecto cuyo objetivo es que miles de estudiantes de toda España participen en un gran experimento científico conjunto: repetir el método que ideó, hace más de 2.300 años, Eratóstenes para obtener el radio de la Tierra.

Cuenta la leyenda que Eratóstenes supo de un lugar llamado Siena (la actual Asuán, en Egipto), donde al mediodía del solsticio de verano, el Sol se reflejaba totalmente en las aguas de un profundo pozo, y ninguna vara ni objeto alguno daba sombra. Este fenómeno sólo era posible si, dicho día y a esa hora, los rayos del Sol caían en Siena completamente perpendiculares al suelo.

En cambio, Eratóstenes observó que esto no ocurría en Alejandría, es decir, al mediodía del solsticio de verano, un palo -un gnomon- clavado en la tierra proyectaba sombra y ningún pozo reflejaba totalmente el Sol. Esta diferencia entre ambos lugares, solo podía ser explicada si la Tierra no era plana. Además, el sabio griego ideó un método geométrico muy sencillo, pero muy avanzado en su época, para determinar el radio del globo terráqueo.

De manera muy resumida, este método se basa en la proporción de dos medidas tomadas en el mismo instante por dos observadores separados una gran distancia: una angular (diferencia de altura del Sol en el momento del tránsito por el meridiano) y otra lineal (que puede ser la distancia entre los observadores o la distancia de cada uno de ellos a una referencia común).

La experiencia
 Con la ayuda de los profesores, los alumnos participarán en una adaptación de este método. Para ello deberán situar en algún lugar plano y con buen Sol, un gnomon, es decir, un palo, una vara o un simple recogedor de polvo, y registrar la evolución de su sombra durante varias horas a lo largo de la mañana. Este registro permitirá a los alumnos obtener el primer dato necesario para participar en el proyecto: la altura del Sol en el momento del paso por el meridiano.

El segundo dato necesario es una distancia lineal. En el caso de que sólo hubiera dos observadores se necesitaría la distancia entre ambos. La tradición dice que Eratóstenes estimó esta medida enviando a un esclavo a recorrer el camino en línea recta de Alejandría a Asuán contando los pasos. Para la experiencia del 26 de marzo basta con que cada centro comunique su distancia en kilómetros al paralelo 40° N, tomando distancias positivas hacia el Norte y negativas hacia el Sur.

Con las medidas de todos los participantes (varios centenares) y con un cálculo de ajuste estadístico se obtendrá un único valor de la circunferencia y del radio de la Tierra. Este cálculo conjunto permitirá obtener una mejor precisión en el resultado final, pero sobre todo hacer partícipes a nuestros alumnos y alumnas del método científico, y despertar en ellos el sentimiento de que la ciencia es una experiencia colectiva en la que todos ponen su grano de arena.

Ya hay más de 800 centros inscritos por toda España. Será la celebración de un día de fiesta de la ciencia alrededor de un instrumento de la máxima sencillez: un palo, que un grupo de alumnos y profesores han plantado en un rincón del patio y que hace sombra.

Web del proyecto.

Pere Closas es miembro de la Asociación Aster de Barcelona) / Emilio J. García pertenece al Instituto de Astrofísica de Andalucía IAA-CSIC